La burguesía del siglo XIX dominó la vida económica y política de la mayoría de los Estados europeos, como clase social era muy heterogénea y no presentaba límites claramente definidos. Con diferencias según los países, en su seno podían distinguirse los siguientes grupos:
Alta
burguesía:
Este
grupo constituía la cúspide de la sociedad capitalista: controlaba las industrias,
la banca, el comercio y los altos cargos de la administración del Estado, pero también
se transformó en terrateniente al adueñarse de tierras procedentes de
Media burguesía:
Integrada
por profesionales de alta cualificación (abogados, ingenieros, intelectuales, profesores
universitarios, miembros de profesiones liberales, etc.), también contaba entre
sus miembros con comerciantes y agricultores acomodados.Baja burguesía:
Era el colectivo más numeroso y estaba formado por pequeños comerciantes, artesanos, funcionarios de nivel medio-bajo, y empleados diversos. Aunque imitaba las formas de vida de la burguesía alta y media, estaban más próximos al proletariado.
La forma de vida burguesa.
El triunfo de la burguesía como clase social fue
acompañado por la difusión de una serie de valores y una nueva concepción de la
vida, la forma de vida burguesa, que se caracterizan por:
- Practicar una vida austera, sobria y ordenada. Se impone una serie de convenciones sociales y respetabilidad, al menos exterior, que se traduce por un vestido oscuro, el uso del coche, un lenguaje bastante convencional, una vida de familia ordenada, en la que los hijos están sometidos a una educación y una disciplina estrictas y en la que la mujer tiene un papel muy reducido.
- Defiende el orden, el progreso y la razón, y es contraria a las revoluciones violentas y a las reivindicaciones de las clases inferiores.
- Se opone a la intervención del Estado en los problemas económicos y sociales.
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